Desde el centro se ha trabajado la rabia como emoción que nuestros alumnos deben primero identificar y después saber gestionar. Tras arrojar nuestra rabia al contenedor y crear nuestro mural de liberación, nos hemos liberado del peso de la rabia y hemos quedado ligeros como pompas de jabón. Se han realizado talleres y juegos con pompas de jabón en los que el alumnado ha podido disfrutar a lo grande.






























